La mayor parte de los recuerdos que indagamos se presentan ante nosotros como rostros, y también las figuras propias de la mémoire involontaire son, en buena parte, rostros aislados, enigmáticos.
WALTER, BENJAMIN. Hacia la imagen de Proust Obras II, 1, p. 330.
Pedrito!
ResponderEliminarRecuerdo esa cara aunque nunca la llegué a ver como tal.
nuestro almacén de archivos es como un facebook descomunal, vamos. parece mentira que con los mismos elementos invariables, ojos, nariz y boca, procesemos tantas personas distintas, que podamos distinguir a una entre mil, en un instante, sólo con estos elementos.
ResponderEliminarEs fruto del bombardeo que sufrimos (conscientemente) a diario de imágenes; y como es obvio, o por lo menos en mi caso, al final te quedas con aquellas que están ligadas a tu existencia. Es decir, amigos, familiares...sería capaz de idenficarlos en un banco de imágenes infinito. Los gestos, las miradas... dejan una huella "a fuego" en la memoria.
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