Te aterran los albumes de fotos y el espejo (Ismael Serrano).

Los recuerdos se pueden almacenar en muchos sitios, pero un sitio idóneo para tal empresa es una caja de hojalata, fría y objetiva...no cambia su carácter a pesar de lo que encierra. A veces, esas cajas tienen pequeñas grietas que humean continuamente recuerdos poco nítidos; sólo portan la nitided propia de una fractura, de una imagen emborronada con el tiempo.

Sin embargo, hay ocasiones que cuando menos te lo esperas...la caja revienta. Abre estrepitosamente su tapa acompañada de un ruido ensordecedor. Los recuerdos huyen despavoridos, se chocan entre ellos y provocan el caos; los sentimientos afloran sin control, las emociones te embargan...te topas con destellos de luz que hieren, lo suficiente como para dejarte una quemadura en la retina y en el alma. Y entonces, en ese mismo momento te das por vencida.Recoger los recuerdos es la única tarea ahora que te ocupa,encerrarlos en la caja y esperar cíclicamente a que estalle de nuevo.